Rodar en bicicleta en condiciones climáticas adversas.

La mejor forma de evitar los riesgos ante fenómenos climáticos adversos es consultar siempre las previsiones meteorológicas y en el caso de no ser las más oportunas, dejar la excursión en bicicleta para mejor ocasión.

Pero si nos encontramos en ruta con la bicicleta y esas condiciones cambian repentinamente, hemos de atender a una serie de consejos que pueden salvarnos la vida:  En caso de que haya riesgo de precipitaciones, es mejor dejar la excursión para otro día y ante tormentas:

  • En zonas urbanas la mayoría de los edificios actúan como pararrayos, así que si estamos en población lo más aconsejable sea refugiarse en un edificio. 
  • En campo abierto hemos de alejarnos inmediatamente de la bicicleta, a ser posible unos 30 metros de distancia de ella, porque independientemente del material de fabricación del cuadro, atrae los rayos.
  •  En curvas y pendientes, bajo condiciones extremas de agua se tienen que tomar con moderación, frenar primero con la rueda delantera y después con la trasera para evitar que la rueda trasera quede bloqueada.
  • Con lluvia intensa, las luces se hacen impresdindibles, para mayor visibilidad.
  • Ante las habituales cortinas de agua, los neumáticos de las bicicletas pierden adherencia por lo que hay que evitar en todo momento las marcas viales, los pasos de peatones, alcantarillas, tapas de registro, zonas empedradas y todo lo que pueda hacerle perder el equilibrio o patinar.